La decisión de hacer uso de los métodos formales en el mundo real no debe de adoptarse a la ligera. Bowen y Hinchley han acuñado los diez mandamientos de los métodos formales, como guía para aquellos que estén a punto de embarcarse en este importante enfoque de la Ingenieria del Software.
1.Seleccionarás la notación adecuada. Con objeto de seleccionar eficientemente dentro de la amplia gama de lenguajes de especificación formal existente, el ingeniero del software deberá considerar el vocabulario del lenguaje, el tipo de aplicación que haya que especificar y el grado de utilización del lenguaje.
2.Formalizarás, pero no de más. En general, resulta necesario aplicar los métodos formales a todos los aspectos de los sistemas de cierta envergadura. Aquellos componentes que sean críticos para la seguridad serán nuestras primeras opciones, e irán seguidos por aquellos componentes cuyo fallo no se pueda admitir (por razones de negocios).
3.Estimarás los costes. Los métodos formales tienen unos costes de arranque considerables. El entrenamiento del personal, la adquisición de herramientas de apoyo y la utilización de asesores bajo contrato dan lugar a unos costes elevados en la primera ocasión. Estos costes deben tenerse en cuenta cuando se esté considerando el beneficio obtenido frente a esa inversión asociada a los métodos formales.
4.Poseerás un experto en métodos formales a tu disposición. El entrenamiento de expertos y la asesoría continua son esenciales para el éxito cuando se utilizan los métodos formales por primera vez.
5.No abandonarás tus métodos formales de desarrollo. Es posible, y en muchos casos resulta deseable, integrar los métodos formales con los métodos convencionales y/o con métodos orientados a objetos. Cada uno de estos métodos posee sus ventajas y sus inconvenientes. Una combinación de ambos, aplicada de forma adecuada, puede producir excelentes resultados.
6.Documentarás suficientemente. Los métodos formales proporcionan un método conciso, sin ambigüedades y consistente para documentar los requisitos del sistema. Sin embargo, se recomienda que se adjunte un comentario en lenguaje natural a la especificación formal, para que sirva como mecanismo para reforzar la comprensión del sistema por parte de los lectores.
7.No comprometerás los estándares de calidad. Los métodos formales no tienen nada de mágico, y por esta razón, las demás actividades de SQA deben de seguir aplicándose cuando se desarrollen sistemas.
8.No serás dogmático. El ingeniero de software debe reconocer que los métodos formales no son una garantía de corrección. Es posible (o como algunos probablemente dirían) que el sistema final, aun cuando se haya desarrollado empleando métodos formales, siga conteniendo pequeñas omisiones, errores de menor importancia y otros atributos que no satisfagan nuestras expectativas.
9.Comprobarás, comprobarás y volverás a comprobar. Los métodos formales no absuelven al ingeniero del software de la necesidad de llevar a cabo unas comprobaciones exhaustivas y bien planeadas.
10.Reutilizarás cuanto puedas. A la larga, la única forma racional de reducir los costes del software y de incrementar la calidad del software pasa por la reutilización. Los métodos formales no modifican esta realidad. De hecho, quizás suceda que los métodos formales sean un enfoque adecuado cuando es preciso crear componentes para bibliotecas reutilizables.
1 comentarios:
Muchas gracias por el aporte muy interesante.
Saludos desde El Salvador
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